Porque la música transmite más que cualquier cosa y te hace sentir más que cualquier cosa

lunes, 30 de mayo de 2011

Mirar sus ojos y saber que es él.
Tocar su piel y notar un escalofrío.
Oír su voz y querer abrazarle.
Notar sus labios sobre tu mejilla.
Querer que te llame aunque sea tarde.
Sentir su aliento rozar tu cuello.
Tener un recuerdo de su silueta.
Oler cualquier cosa que te recuerda a su perfume.
Necesitar su cercanía en todo momento.
Pensar en cuando te cogía en brazos y te daba muchos besos.
Mentir por no expresar lo que le necesitas.
Coger la flor que te regalo en San Valentín.
Recordar las frases que te decía.
Guardar en tu memoria todo el amor que te daba.
Llorar la perdida.
Volar en tu imaginación y sentir su mano sobre la tuya.
Comer lo que él odiaba que comieras.
Llamar a la persona que no quieres llamar, porque sabes que quieres hablar con él.
Saber que no puede ser, aunque tu mente diga lo contrario.


Podría seguir enumerando lo que te hecho de menos, pero tú ya lo sabes, y todos los que han perdido también, así que... ¿porque seguir si no quieres volver? ¿Vale la pena seguir machacando y llorando la pérdida?

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